Sobre el campo de las artes en San Pancho
San Pancho es una comunidad de escenarios, así es como podemos recrear en nuestra mente a este hermoso lugar que se distingue por recibir año tras año a un sin fin de personas: turistas, viajeros, artistas, artesanos, profesionistas, y todo aquel que atraído por su atractivo natural y las oportunidades que brinda, encuentra en él un hogar itinerante, ocasional o permanente para disfrutar una calidad de vida que invita a cuidar su geografía y nutrir con propuestas la riqueza social y cultural que aquí se encuentra.
El escenario natural de San Pancho dominado por la playa, el mar y la jungla circundante, enmarca la realidad de un ser social diverso que ha hecho parte de su cotidiano el intercambio cultural que se entremezcla como una polifonía de lenguajes que con la iniciativa y organización social ha logrado sintonizarse para la creación y desarrollo de proyectos diversos que hoy en día son espacios para la atención y expresión de múltiples necesidades e intereses que en el tiempo se han convertido en escenarios sociales para experimentar la cultura, el arte, la educación, la ecología y la salud.
Entre estos espacios destaca el Centro Cultural Las Fábricas de San Francisco AC un complejo de bodegas que surge en la segunda mitad de la década del 70 como Complejo Agroindustrial como parte de los proyectos del presidente Luis Echeverría y que se abandona a principios de los 80 cuando el presidente Portillo retira todo el apoyo. Queda así a disposición del gobierno del Estado, quien permite que sea recuperado para generar proyectos de desarrollo turístico sustentable.
Entre las características principales de la región en cuanto a lo social, se observa una separación considerable en torno a los recursos, principalmente marcada entre “los del pueblo” y los “de afuera” o foráneos y la dicotomía que se plantea ante la justicia o injusticia de lo que es o debería ser “nuestro”, las fuentes de riqueza y las oportunidades de acceso. Esa gran diferencia de poder adquisitivo, que genera a su vez otros tipos de separaciones, se ve reflejada también en las posibilidades para invertir en educación de calidad y herramientas especializadas. Es por eso que se vuelve necesario generar procesos artísticos que intervengan y dialoguen con la realidad social que se vive actualmente. Y más, concretamente, el arte escénico que como arte vivo ejerce desde su estética un lenguaje único y poderoso capaz de impulsar al espectador a mirarse así mismo y encontrar en ese otro diferente, espacio para descubrir la igualdad y motivar nuevos caminos para la convivencia, la confianza y el respeto.
Una sociedad sin escenarios curturales ni representaciones estéticas difícilmente puede dar cuenta de sí misma, reduce su capacidad crítica y reflexiva, además que pierde la posibilidad de enriquecer aspectos psicosociales donde la escuela y la familia a veces no pueden llegar.
Los procesos de transformación social, ecológica y cultural, que se viven en San pancho dan cuenta de una organización tradicional comunitaria cuyas relaciones intersubjetivas, por un lado, transitan hacia formas más diferenciadas y desvinculadas entre sí y, por otro, surgen nuevas y constantes formas de agrupación y organización que actúan sinérgicamente para responder a los desafíos que como sociedad enfrenta. Estas formas de organización basadas en proyectos colectivos, asociaciones, cooperativas, trabajo colaborativo, entre otros, en gran medida contribuyen a articular, intereses y necesidades entre individuos y los diferentes grupos sociales. Asimismo, influyen en las prácticas de intercambio entre los habitantes originarios, visitantes y los nuevos residentes extranjeros y nacionales, acercando las diferencias e interpelando en las distintas problemáticas sociales.
Este entramado social sitúa un proceso identitario rico y complejo, donde cada persona y grupo social significa y representa parte de esta identidad diversa, divergente, en tránsito, de San Pancho, donde las distancias entre los grupos sociales se acortan cuando existe una causa mediadora que propicia el encuentro y reconocimiento del otro como parte de una comunidad que reajusta su identidad ante las transformaciones de su entorno y tejido social.
Así es aquí, lleno de magia: las cosas suceden, las gentes saludan y sonríen, la energía del mar y la selva y las montañas y la luna y el sol, el cielo y las estrellas de verdad se sienten!
Las personas se vuelven amigos entrañables; aquí nos hacemos familia.
Nuestra impresión es que todos los que vivimos en San Pancho, amamos vivir aquí y la energía que eso provoca se contagia.
¡Bienvenidos!